viernes, 16 de enero de 2015

Historias del abuelo cebolleta II




Historias del abuelo cebolleta II

Pues eso, en Septiembre del 2003 me llamaron de la provincia de Huelva. Un Lunes a las 8am tenía que estar en la Delegación de Educación, y allí me dirían el destino.
Pues allá que me fui con una maleta, con un coche de segunda mano recién comprado ( todavía lo usa mi padre) y sin saber donde dormiría esa noche.

Huelva capital la conocía, ya que estudié alli 1º de Magisterio. Me dicen que mi destino es en Adultos y que tengo que itinerar entre 2 pueblos ( Beas y Candón). Firmo los papeles, y me dan un número de teléfono de la coordinadora de adultos de la provincia. Todo eso sin tener ni puta idea donde estaban esos pueblos….

La casualidad hizo que la coordinadora de adultos ( Rosa creo recordar que se llamaba) era de Beas!!!! Y que este pueblo está a 25´de la capital. Quedo con ella en vernos en el pueblo y me ofrece quedarme en alquiler en una casa que tiene su hermano, ya que se acaba de mudar.

La parte de debajo de la casa era la antígua discoteca del pueblo y la parte de arriba ( donde yo vivía) el “ reservado”…..luego me enteré por mis alumn@s de las movidas que allí se liaron un tiempo atrás jejeje.

La casa estaba como si todavía viviera la familia, con las fotos de la boda colgadas en el salón, la de la comunión de los niños, hasta un cuarto lleno de juguetes!!!!!...y así la dejé durante todo el curso jajajajajajaj

En cuanto a mi trabajo….pues trabajaba en Candón de 16h a 18h. Candón era una “aldea “ de unos 200 habitantes, no se como estará ahora, pero en esa época las calles no estaban ni asfaltadas, o de albero  o de cemento. Había una pequeña iglesia y un consultorio muy pequeño ( cura y médico iban 1 día a la semana) y dos bares. Uno de ellos en el centro del pueblo, que era donde yo daba las clases. Dentro del bar había una pequeña habitación acristalada donde trabajábamos. Tenía unas 15 alumnas, todas mujeres de una media de 60 años, Mientras estábamos en clase, los hombres jugaban a las cartas o al dominó en el bar.
El moviliario no llegó hasta el mes de diciembre!!! Y mientras nos apañábamos con una pizarra de la edad “de piedra” y las sillas y mesas de plástico del bar.
Recuerdo que en enero, en la época de las “ matanzas de cochinos” apenas venía gente y daba clase con 2- 3 alumnas sentados todos en una mesa camilla y un brasero debajo.

Al las 18h cortábamos y nos íbamos a merendar a casa de cada una de ellas, se iban turnando. Yo sólo tenía 30´para desplazarme así que cuando llegaba a la casa ya tenían mi café y tostada preparada….era como tener 15 abuelas….toda una experiencia.

De ellas me llevo la capacidad de esfuerzo y sacrificio que hacían día tras día. Llevaban para adelante casas enormes, que limpiaban TODOS lo días, además de la comida y los animales y huerto que cada una tenía en casa. Por supuesto los dulces los hacían ellas y todos los años “ encalaban la fachá”. Ellas me decían que su único tiempo libre era el del colegio.

Luego me desplazaba a Beas y allí me esperaban mis otros alumn@s. Casi todos tenía entre 20-30 años y trabajaba en el campo. Con la tontería de la adolescencia y el dinero “fácil” dejaron de estudiar y se fueron a trabajar al campo ( recoger aceitunas, fresas….). Trabajaban de 8 de la mañana  a 6 de la tarde, ducha rápida y al cole. Por supuesto tod@s estaban arrepentid@s de haber dejado los estudios tan pronto.
Yo les ayudaba a preparar el examen para sacarse el graduado.

Con 24 años allí estaba yo, aprendiendo a marchas forzadas lo que es la vida, y lo mucho que cuestan las cosas.


Continuará…..

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